miércoles, 9 de marzo de 2016

¿Está el mundo preparado para la visita de un extraterrestre?

Aunque la humanidad ya se prepara para la hipotética destrucción de mundopor culpa de un astroide, no parece que esté tan preparada para otro trauma igual de cinematográfico: la llegada de una nave tripulada de origen extraterrestre. ¿Cómo contactar con ese artefacto? ¿Quién hablaría con el piloto? ¿Qué riesgos habría que tener en cuenta? ¿De qué manera se informaría a la población de este incidente? Esa hipótesis tan fascinante como aterradora es el punto de partida de un documental, The visit, que desnuda en apenas hora y media los innumerables desafíos —biológicos, éticos, políticos— a los que se enfrentarían autoridades y especialistas.

"Dudo que vinieran por casualidad, ¿por qué nosotros?", desliza lacónica Othman. Astrobiólogos de la NASA, juristas, teólogos, antropólogos, especialistas en contaminación biólogica, antiguos responsables de comunicación y de la Defensa del Reino Unido, hasta completar una interesantísima ristra de personalidades capaces de moldear la respuesta ante este suceso que tendría infinidad de niveles. Desde el anuncio público, que un experto en relaciones públicas sugiere que lo hiciera (para los británicos) el naturalista David Attenborough. Hasta la misión de un grupo selecto de científicos que harían de peritos y de los que cabría desconfiar en función de los intereses de sus países. Desde las inquietudes del voluntario que inspeccionará la aeronave descubierta hasta las precauciones del antiguo jefe militar británico que aboga por reaccionar con sosiego para no generar "ansiedad" en el visitante.La película, del director danés Michael Madsen, enfrenta a esta situación a algunas de estas personas para conocer sus impresiones, inquietudes y temores. Por ejemplo, la astrofísica Mazlan Othman, responsable en Naciones Unidas de la Oficina para Asuntos del Espacio Exterior, que durante un tiempo se pensó para hacer de portavoz de la humanidad en ese trance. Desde su departamento reconocen sinceros que "no hay nada preparado", lo cual tiene una ventaja: nos permite elucubrar sobre cómo gestionar la situación a lo largo del filme, que se exhibe en España gracias a la iniciativa de eL DOCUMENTAL DEL MES .

No solo nos preguntaríamos sobre nuestra importancia como humanos, sino también sobre la propia definición de vida. ¿El visitante será una forma de vida como las que conocemos, con su ADN para que podamos identificarla, o será algún tipo de competencia biólogica que pudiera amenazarnos incluso involuntariamente? Y al margen de estos detalles científicos, ¿son una amenaza? Para saberlo o evitarlo, quizá primero necesitemos comunicarnos con el visitante, encontrar al personaje que François Truffaut interpretó en Encuentros en la tercera fase. Cada año nuestros telescopios encuentran cientos de nuevas Tierras.

NAIARA AGULLÓ 
  • Enviar a LinkedIn
  • Enviar a Google +

    martes, 1 de marzo de 2016

    LA ESA QUIERE CONSTRUIR UNA BASE PERMANENTE EN LA LUNA.

    La nueva cúpula de la Agencia Espacial Europea (ESA) quiere construir una base permanente en la Luna. Se trata de un proyecto "muy ambicioso" en el que ya está trabajando el Centro Europeo de Astronautas con sede en la ciudad alemana de Colonia.
    "Mi intención es construir una base permanente en la Luna, una estación abierta a diferentes estados miembros de todo el mundo", asegura Jan Wörner, director de la ESA, en un comunicado.
    La humanidad nunca ha estado de forma permanente en nuestros satélite, pero la misión espacial Apollo demostró en su tiempo "que con el compromiso suficiente, es posible dar un paso de gigante", asegura la ESA. "Lo hicimos en la década de los sesenta en un plazo de diez años. Así que hoy con una tecnología mucho más desarrollada, estamos más que preparados para conseguirlo de nuevo", dice Andreas Mogensen, astronauta de la ESA.
    La idea es que la base lunar forme parte del proyecto global de la Estación Espacial Internacional, donde estarían incluidos los estadounidenses, los rusos, los chinos, los indios, los japoneses "e incluso otros países con menores contribuciones ", añade Jan Wörner.
    Laura Candela.